miércoles, 19 de septiembre de 2012

Un coco sin recuerdos

Hace poco, a través de uno de los mejores cocos que conozco, llegó a mis manos un artículo donde explicaba lo dificil que resultaba fingir una amnesia ante un tribunal de expertos. Mucha culpa de esto, por suerte, lo tienen Hollywood y sus películas. Tanto es así, que investigadores americanos de la memoria han acuñado el término "Amnesia de Hollywood" para definir a los farsantes que intentan conseguir una indemnización de su seguro o una paga por invalidez tras pasar por un accidente menor. En las películas queda muy espectacular cuando el protagonista se da un golpe y no recuerda nada de su pasado.. La gente tiende a pensar que en una lesión cerebral se olvidan los recuerdos pasados, pero no es así. Para lograr un "borrado total" de la memoria,  el accidente tiene que ser grave, y probablemente afectar a más funciones cerebrales, a demás de la memoria.. 

Para entender cómo funciona la memoria y cómo se almacenan los recuerdos, es necesaria una previa explicación:

La memoria no se almacena en una lugar específico del cerebro como si hubiera un cajón donde ir guardándolos unos encima de otros.  Lo qué sí que existe, es una estructura cerebral que es decisiva para que estos recuerdos se fijen a la memoria: El Hipocampo. Aunque este proceso se produce  también en el resto de la corteza cerebral. Sabemos que la formación de una memoria se hace en fases. Durante la “fijación” de este recuerdo se produce un complejo proceso neuroquímico que cambia el estado de expresión de ciertos genes y el número de sinapsis. De este modo se produce un cambio estructural en el circuito donde se crean conexiones nuevas. Así, sólo hay dos formas de perder la memoria, o evitar que los recuerdos se consoliden: 
1) Atrofiando el Hipocampo (dañando algo parecido a lo que en informática se llama disco duro).
2) Alterando las estructuras previas encargadas de guiar las conexiones hasta el hipocampo (cortar los cables al disco duro).

Hay multitud de formas de conseguir alterar las estructuras de conexiones: Una borrachera, un trauma, un golpe, una situación de estrés... lo que ocurre es que normalmente, se eliminan los recuerdos más próximos, por eso no recordamos lo que hicimos la noche anterior, ni los segundos antes de un accidente de coche. Pero los recuerdos previos se matienen puesto que el hipocampo está intacto, y la memoria consolidada. Dañar el hipocampo es más difícil.
Por eso, cuando ante un tribunal se presenta una persona con un chichón y dice no saber cómo se llama su mujer y sus hijos hace sospechar a los expertos.  

El psicólogo  Álvaro Bilbao, llevó a cabo un experimento con estudiantes para probar si alguno de ellos, con la formación y preparación necesaria, sería capaz de pasar por un enfermo con daño cerebral. Quien lo consiguiera, obtendría 250 dólares. De los 100 estudiantes sólo una, consiguió engañar al ordenador, pero cuando pasó al tribunal, el neuropsicólogo detectó incoherencias en su memoria. 

Bilbao, explica que los personas con más preparación eran mejores fingidores, pero que incluso él mismo, que lleva años estudiando sobre el tema, no sería capaz de engañar a un buen ojo clínico evaluador.  Comenta que el principal problema que tenemos para conseguirlo, es que las personas sanas no recordamos que tenemos que olvidar algo que sí sabemos. 

¿Qué pensáis vosotros? ¿Seríais capaces de conseguir actuar como si no recordaseis nada de vuestro pasado?
¡Dadle al coco!


Fuentes:
http://noticias.lainformacion.com/ciencia-y-tecnologia/ciencias-general/simular-una-amnesia-para-cobrar-el-seguro-es-mas-dificil-de-lo-que-parece_cbq2bY8qmIQdSBNa4oEpu5/

http://noticias.lainformacion.com/ciencia-y-tecnologia/ciencias-general/por-que-no-recuerdo-mi-accidente_HmBYr9mLafMYDJ58W4Ij54/



miércoles, 5 de septiembre de 2012

Luc, yo soy tu Coco


La necesidad de sentirnos conectados socialmente con los que nos rodean es una sensación muy poderosa en los seres humanos.  Cuando nos sentimos conectados a otras personas, nos sentimos bien en general y en concreto con nuestra vida.  Por eso, no es de extrañar que cuando nos encontramos en un grupo de amigos, cambiamos nuestro comportamiento para adaptarnos al grupo. No obstante, podemos sentir algo muy parecido cuando vemos una película o leemos un libro. A este fenómeno se le llama "asimilación narrativa".  Para poner a prueba este fenómeno, en la Universidad de Buffalo llevaron a cabo el experimento titulado: "Convertirse en vampiro sin ser mordido"

El procedimiento que siguieron los investigadores fue el siguiente: Seleccionaron a 140 estudiantes y le dijeron que tenían que leer durante 30 minutos uno de los libros más famosos del momento: "Crepúsculo" o "Harry Potter y la piedra filosofal". Después de la lectura a los participantes se les pasaba un cuestionario donde se ponían en relieve sus creencias, tanto conscientes como inconscientes. Como era de esperar, los resultados mostraron que los que leyeron Crepúsculo, se sentían identificados con los vampiros y con el reino en que habitaban; los que leyeron Harry potter, se sentían identificados con magos y el mundo que los rodeaba.  Hasta aquí, esta investigación no revela nada que no se supiera hasta el momento. Sin embargo, observaron el comportamiento de los participantes después de la investigación y vieron que no solo se sentían identificados con los personajes sino que, además, imitaban sus actitudes y comportamientos (siempre en los límites de la realidad) actuando como si fueran los propios personajes. Según explican los investigadores, cuando nos vemos inmersos en historias que nos apasionan, se nos da la oportunidad de sentir que pertenecemos a algo más grande que nosotros y aprovechar los beneficios que se derivan de ser parte de ese reino sin tener un "verdadero" encuentro social. Así, cuando leemos un libro o vemos una película o serie, por supuesto que no nos convertimos en el protagonista, pero de alguna manera nos convertimos en miembro de ese"mundo". Eso nos hace sentirnos bien y nos hace cambiar un poco.

Es fácil encontrar estos comportamientos en niños que luchan como sus héroes televisivos, o chicas que escriben diarios como la protagonista de su serie favorita y se visten de princesas esperando un beso de amor verdadero. Cuando nos hacemos mayores, la conducta de imitación se disimula por vergüenza, pero no podemos evitar pensar: "Si yo fuera... ahora mismo haría...". Así, entendemos mejor a esas personas que se disfrazan de personajes para ir al estreno de su película favorita, o hacen cosplay con los personajes de sus videojuegos. 

Y vosotros ¿Qué pensáis? ¿Os habéis sentido así en algún momento?
¡Dadle al coco!


Fuente: http://alevelpsychology.co.uk/news/interesting/we-actually-become-happy-vampires-or-contented-wizards-when-reading-a-book.html
Fuente fotografía: http://meexplicoonomeexplico.tumblr.com/post/18072788718/nomellamesfriki-mural-minimalista-de