miércoles, 25 de julio de 2012

Coco contra Coco

Para intentar comprender cómo se forman los prejuicios en los grupos, , los psicólogos Muzafer y Carolyn Sherif, diseñaron un experimento conocido como the Robber’s Cave Experiment.

En el estudio, Sherif fue presentado como el guarda del campo a los 22 adolescentes varones que tomarían parte en el experimento. Los adolescentes fueron trasladados al campo de forma separada en dos grupos, cada uno compuesto por 11 chicos. Cada grupo desconocía la existencia del otro y como fueron asignados a dos áreas lejanas entre sí, durante los primeros días no se encontraron. 

¿Qué pretendían evaluar con el experimento?
1. El grupo mostrarán una tendencia a trabajar en conjunto con metas comunes y se desarrollará una estructura grupal.

2. Si entre los grupos se han forzado condiciones de competitividad y frustración grupal, desarrollarán actitudes hostiles en relación con los miembros de otros grupos.

Los experimentadores promovieron las metas comunes para lo cual se requería una discusión cooperativa, la planeación de la actividad y la consecuente ejecución. Al cabo de los primeros cinco o seis días ya dentro de cada grupo se habían desarrollado las jerarquías sociales internas y los chicos se reconocían como parte integrante del grupo.

Cuando ambos grupos finalmente se descubrieron el uno al otro, los chicos mostraron una tendencia a reforzar su sentido de pertenencia a su grupo y establecer barreras hacia los otros. Se llevaron a cabo actividades competitivas entre ambos grupos donde el vencedor era recompensado con un premio. De esta manera, la efectividad grupal aumentó en la misma medida en que crecía su animadversión por el grupo contrario. Los chicos se veían impulsados a unirse a su grupo contra un aparente “enemigo exterior”. Así, los chicos de un grupo no deseaban comer con los otros, se mostraban irrespetuosos para con la bandera del equipo contrario e incluso hacían alusión al otro equipo de manera despectiva.

Los experimentadores se plantearon cómo solucionar esta animadversión recíproca y plantearon una serie de problemas que para solucionarlos tenían que trabajar en equipo conjuntamente con el otro grupo (buscar agua, reunir dinero para una proyección de cine...)

Después de varias tareas de este tipo, los integrantes de ambos grupos se unieron en actividades comunes y dejaron atrás su sentido competitivo. Tanto fue así que al retorno, pidieron regresar juntos en el mismo autobús.
 
Este experimento muestra resultados muy interesantes sobre los prejuicios entre grupos. Cuando un grupo crea su identidad, pone barreras contra todo aquél que sea ajeno él. Y cuando interesa que el grupo esté más unido que nunca, se puede "crear" un enemigo común contra el que luchar, así la masa se torna más manejable y es más probable que se dejen guiar por un líder. 

En cambio, resulta alentador ver que si nos unimos y luchamos en pro del beneficio común, las barreras quedan reducidas a escombros para siempre.

Si la vida real fuera un experimento de este tipo, después de las fases 1 (creación de la identidad del grupo), fase 2 (creación de la animadversión al otro grupo) y fase 3 (unión de ambos grupos por un bien común), la fase 4, ¿en qué consistiría?

a) La lucha contra un nuevo grupo exógeno con la consecuente reacción de AMBOS grupos por acabar con el otro

b) La unión con el nuevo grupo exógeno para luchar por el bien común.

Pensad en los hechos recientes. ¿Cual creéis que es nuestra situación? ¿Cuál debería ser? 



Fuente:
Blog: El rincón de la psicología de Jennifer  Delgado. http://www.rinconpsicologia.com/2010/04/la-cueva-de-los-ladrones-lo-peor-y-lo.html 

Sherif, M.; Harvey, O. J.; White, B. J.; Hood, W. E. & Sherif, C. S. (1961) Intergroup conflict and cooperation: The Robbers Cave experiment. Norman: University of Oklahoma Book Exchange

2 comentarios:

  1. La fase 4 sería la respuesta b). Y en nuestra situación, y desgraciadamente... la sociedad sigue estando llena de prejuicios.
    Hay gente demasiado egoísta (o cobarde) a la cual no le interesa unirse con los demás, dejar los prejuicios a un lado, o luchar contra estos... sino seguir con los "suyos". Y cuando alguien intenta unir masas, se le tacha de loco...
    Esta claro que todo esto tiene que cambiar, y soy la primera que lo defendería. Pero parece que la sociedad nunca va a cambiar...

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  2. La siguiente fase sería la respuesta B ya que tras adaptarse los distintos grupos se unirían formando parte de uno solo. El ser humano tiende por naturaleza a sentirse querido y adaptado por la sociedad, por lo que no podrían estar conviniendo unos con otros y seguir compitiendo. Por ello ante todo lo que buscamos es nuestro bienestar y poder vivir tranquilos y es por ello por lo que pienso que al final con el paso del tiempo los miembros de los distintos grupos acabarían abriéndose y siendo ellos mismos, dejando atrás los prejuicios que impedían ver la pura realidad: Ante todo somos todos personas.
    Un saludo
    Belén Micó

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