lunes, 14 de mayo de 2012

y ese coco enamorado de la luna...

El post de hoy no tiene historia, o mejor dicho, tiene muchas historias: la de cada uno de nosotros. Hoy hablamos de sentirnos atraídos por alguien. Según el psicólogo Reis H. cuatro son los principios relacionados con la atracción entre las personas

1. Principio de semejanza. Las personas sienten atracción por personas semejantes. Varios experimentos han puesto de manifiesto que dar respuestas semejantes ante la misma situación es algo que nos atrae de otras personas, que las características de personalidad que a nosotros nos gustaría tener (y no tenemos) también son atractivas para nosotros y que una semejanza física son cosas que nos atraen de alguien. Eso explica que las parejas con más éxito sean las que son similares, pero a la vez se complementan. 

 2.Principio de proximidad, al compartir el mismo entorno hay más oportunidades para la interacción social, y para que surja la atracción a partir de esta interacción. A veces no hay interacción pero sí surge la atracción, por el “efecto de mera exposición”, según el cual la exposición repetida a un estímulo (una persona en este caso), que en principio es neutro, produce actitudes positivas hacia ese estímulo. (Esto los 40 principales lo hacen muy bien cuando un día por la calle te sorprendes tarareando una canción que realmente odias)

3. Principio de reciprocidad. Nos gustan las personas a las que creemos que gustamos. Lehr y Geher (2006) realizaron un experimento sobre el efecto de este principio en la elección de pareja y comprobaron que el efecto de este principio era más fuerte que el de  semejanza. Prevalece sentirnos aceptados que ser semejantes. (¿No os ha pasado alguna vez?)

4. Condiciones extresantes o de ansiedad. Este es el que más me gusta y el motivo de esta entrada. El hecho de que la chica bese a Indiana Jones cuando están en plena huída de muerte, o el hecho de que James Bond, entre tiroteo y tiroteo, tenga siempre un hueco para una mujer, tiene una explicación muy simple. Existe un curioso experimento de Dutton y Aron que desarrollaron en 1994 en Canadá: se fueron al cañón del Capilano, donde hay un puente colgante de madera, de 150 metros de largo y bastante inestable, y justo al lado, otro puente con menor altura, más ancho, sólido y estable. Los voluntarios eran todos hombres, la mitad de ellos cruzaron por el puente colgante y la otra mitad por el puente estable. En la mitad del recorrido se cruzaban con una chica que les hacía preguntas de un cuestionario sencillo y  relacionado con un experimento supuesto, al finalizar les daba su teléfono y les decían que podían llamarle si necesitaban alguna aclaración (se les insinuaba discretamente). El resultado fue que un mayor número de hombres que cruzaron el puente inestable llamaron a la mujer, se sintieron más atraídos que los que caminaron por el puente estable. La explicación que dieron es muy sencilla. Los hombres que interactuaron con la chica en el puente colgante-inestable, achacaban su aumento de ritmo cardíaco a la mujer, y no al peligro del puente. Sus cuerpos engañaron a su cerebro pensando que la aceleración del ritmo cardíaco se debía a la mujer, pensando que algo habían sentido por ella.

Por eso, si algo podemos sacar de aquí, y no quiero pecar de consejo barato de la "superpop", es que el romanticismo está muy bien, y es muy bonito de disfrutar en pareja, pero científicamente, un aumento del ritmo cardíaco asociado a la persona con la que estamos, puede ser muy efectivo para enganchar a alguien. Así que ya sabéis, los paseítos bajo la luna llena son muy bonitos (y necesarios), pero quizás un parque de atracciones, un acantilado, una batalla de paintball o cualquier actividad que implique cierto riesgo y descarga de adrenalina, donde las personas estén juntas, puede ser un buen aliado para enamorar a alguien o re-enamorar a tu pareja.

¿Y tú, cuál es tu historia? ¿Reconoces algunos de estos principios en los comienzos de tu relación? Compártelos!!  Si no es así, también puedes compartirlo, a parte de estos principios hay otros, pero de eso ya hablaremos otro día. 


¡Venga, dadle al coco!

Fuente: http://www.ipsicologo.com/

3 comentarios:

  1. Muy interesante esto que dices, habrá que probar!!

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    1. Eso eso, a probar! Pero cada uno con su pareja, que luego no quiero yo responsabilidades! Jeje. Gracias María!

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  2. Los principios de mi relación eran muy graciosos la verdad pero no consigo ver los principios anteriormente citados.
    Conocí a mi novio cuando se me acercó para intentar juntarme con un amigo suyo...
    Aquí no veo el principio de la semejanza: él iba borracho y yo no, él viene de una cultura diferente y de un pueblo diferente al mio, no tenemos nada en común....
    Tampoco consigo ver el principio de proximidad, nos conocimos en una discoteca, no hablamos mucho rato que digamos ni habíamos venido con la misma compañía. Hablamos mucho por las redes sociales sí que es verdad pero no sé si ese es el tipo de proximidad a que se refiere la reflexión...
    El principio de reciprocidad no sé si se podría tener en cuenta. Nada más empezar a "hablar" con él, me soltó que él se tenia que casar con una inglesa sí o sí. Me hizo gracia, no lo niego pero nunca pensé que yo le iba a gustar, más que nada porque yo soy una chica "normal" que digamos y él es un obseso del gimnasio.
    Por último, condiciones estresantes o de ansiedad no hubieron para nada.

    En mi opinión, estos factores sí que pueden influir y no digo que ninguno ha influido en ayudar a florecer mi relación. Sin embargo, creo que no siempre tiene porque ser así. No sé si me explico.

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